Es una forma de inspirarle a un ser querido que se inicia en sus primeros pasos por el camino del arte, donde encontrará sentimientos de dulzura y amargura a la vez, pero todo forma parte de la magia del soñador; animarle como lo he hecho desde su primera nota al piano, siempre a su lado. Aunque una madre siempre posee trucos para dar fuerza y apoyo a sus hijos, esta vez he extraido una parte de la partitura que tanto le gusta tocar una y otra vez, que corresponde a tres compases del 2º movimiento de la Sonatina 37 de Beethoven - esas notas son tan fluidas como la propia escultura (Para Memé).
Hierro
250 x 60 x 250 cm
2014